Darse Cuenta...
(1-11-14)
Esta
mañana, conducía en coche sola de regreso a casa, era día festivo y hacía una
mañana preciosa.
Una
energía de positividad y esparcimiento parecía impregnar todo el ambiente.
De
pronto, en una rotonda, detenida por el semáforo en rojo, me ha dado por mirar
a través del espejo retrovisor, y la siguiente escena de la que yo he sido mera
testigo imparcial ha tenido lugar:
Detrás
mío, había situado otro coche con una pareja en su interior. El chico conducía
el vehículo y parecía ilusionado por el día festivo, y los planes de
esparcimiento que habían realizado para la jornada.
El
chico miraba a la chica mientras le hablaba y le sonreía dulcemente. Ella en
cambio miraba en otra dirección, como absorta en sus propios intereses, pasando
de él.
Él,
la ha mirado 3 veces con cariño y dulzura... Para buscar encontrarse con los
ojos de ella, pero ella no se ha dignado a mirarle siquiera. (Y no es que
estuviese enfadada, era más una actitud de egoísmo y pasotismo). El chico al
final, ha mirado hacia la carretera y ha apagado su sonrisa.
Si
hubiera podido salir del coche en ese instante, le hubiera dicho:
"Chico,
no pierdas más tiempo con esa mujer, ella no te ama, y su cuerpo lo ha
expresado muy bien. Tu dulzura y cariño se marchitan a su lado".
De
pronto se ha puesto el semáforo en verde, ellos han seguido su camino y yo he
girado hacia el mío.
Y
entonces he pensado: Hay tantas señales cada día, que nos muestran cuanto de
verdadero hay en algo. En este caso, las señales hablaban de si somos
amados o no, tal y como merecemos...
* * *
(Maiga) ®
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